martes, 26 de febrero de 2013

Cansada

Me duele el pecho. me están presionando demasiado. Necesito que me dejen respirar a mi manera... No quiero que me enseñen, que me expliquen como se debe hacer. Aprendí por mi cuenta y así me parece más cómodo.
Necesito que me den espacio, el aire está muy viciado y me cuesta moverme con delicadeza. Estoy pesada, cansada. tengo demasiados sentimientos dentro y necesito soltarlos.
No necesito más ayuda, más opiniones, más consejos. Tengo muchos, me confunden. Simplemente necesito tiempo, la oportunidad de demostrar que no me equivoco, que puedo estar bien.
No puedo más. No quiero otra careta, me quita la respiración y el brillo de los ojos. Necesito aire, viento, luz. me cansé. Tengo demasiadas cosas en la mente, y ni siquiera me pertenecen; necesito un silencio.
Es demasiada presión, son demasiadas manos, este juego terrible en donde intentan moldearme no me gusta, es enfermizo.
No quiero tener que explicar por qué razón digo que NO, me parece que es muy obvio, no creo que todos merezcan saberlo, no creo ni busco que lo entiendan. Simplemente necesito aceptación.
Necesito la tranquilidad de un par de ojos que pretendí olvidar, necesito pensar con claridad mi próximo movimiento, no para calcular, simplemente para caminar más segura.
La única manera de aprender a volar es soltarme, es saltar. No pueden mostrarme cómo, no pueden volar por mí. Simplemente quiero ser. Necesito que me dejen serlo.
Mis pulmones están por colapsar de tantas palabras no dichas. Esto está por explotar si no hago algo por cambiarlo. Estoy decidida. No estoy pidiendo permiso, no voy a pedir disculpas. Voy a SER.

                        ∞ † ∞

Si tan sólo pudiera frenar,
                 pensar por un momento,
parar a descansar.

Necesito bajar de este mundo un rato.
                  Te necesito cerca,
los necesito lejos.

Necesito respirarte, para calmar mi ansiedad
                parar de buscarte un segundo,
necesito que me encuentres
                     y que me muestres en dónde estoy parada.
Hay demasiadas palabras rotas en el aire.
                   Hay mucha soledad.


sábado, 16 de febrero de 2013

Amores de una noche y otras hierbas...

Encontré su mirada perdida entre la música. No lo esperaba. Me clavó sus ojos grandes sin disimulo alguno y rió.
Me sentí flotando en algún lado y recordé mi promesa. Evité el contacto visual el resto de la noche, mientras presa de las obligaciones veía como todos bailaban y yo encerrada en aquella torre.
Mientras las horas pasaban para mí tan lentas, para ella tan mágicas, se movía como dueña y señora de aquella sucia pista de baile y yo hacía lo posible por no perderme en sus pasos firmes y sus ojos brillantes...
Se acercó a mi empapada en alegría y juventud con un cigarro apagado en la mano derecha y un par de incoherencias atoradas en los labios. Me tomó por la barbilla, tal vez pensando que así la oiría mejor, pero no podía concentrarme con semejante belleza manejando mi destino.
Sólo sé que rió con fuerza y dijo cosas sin sentido. Sé que me regaló un suspiro con sabor a tabaco y frutilla, me pidió fuego, aún sabiendo que no tenía y partió a seguir robando corazones.
Sólo un nombre me quedó. Sólo un nombre y un par de plumas que se le cayeron al desplegar las alas. Los amores de noches de boliches suelen durar lo suficiente como para generar un buen recuerdo. Suelen despertarme en el cuerpo y el alma, las ganas de que acabe la semana, de que llegue la noche.
                                              --

Quítame la respiración otra vez
            róbame otro beso maldito
otro suspiro estúpido...

No te alejes como siempre, al terminar la noche
                   llévame a casa.
Quítame este embrujo de una vez
                   déjame libre, que estaba en paz.

Pero antes de irte,
        mi hermoso demonio,
déjame una prueba de que eres real.
       Necesito saberte cierta
para saber donde dejé mi mirada..

domingo, 10 de febrero de 2013

Live Fast. Die Young.


Corría. Sentía el pecho a punto de estallar. El ruido sordo de los pasos en la oscuridad hacían un poco lúgubre la escena. Volteé. Cuatro figuras me seguían el paso. Me serené al saber que estaban ahí. Frené. La noche me cobijó y el poco aire que corría me erizó la piel del alma.
El primero en llegar me empujó y caí al suelo, comencé a reír y el se desplomó a mi lado. Los demás miraban diciendo cosas inentendibles hasta para ellos mismos.
La música vino de algún extraño mundo, igual las bebidas. La gente nunca llegó, quienes más amo en el mundo estaban ahí.
Me despertaron los flashes y el perfume a juventud que brotaba de nuestro interior. Y la noche se emborrachó con nuestros gritos desenfrenados y las risas que volaban al aire entre columpios y canciones repetitivas.
Con el cuerpo dolorido de tanto vivir nos retiramos enviando al resto del mundo al diablo, sin preocuparnos por nada y confiando en que nada malo pasa cuando eres libre de ti mismo.
El sol salió entre humo y rocío. Abrazados con el pensamiento nos cobijamos del frío matutino y emprendimos el regreso a casa lentamente y con los huesos helados, con el alma en los dedos y una sonrisa curda en los labios.
Dejamos un camino de vaho y sueños recién plantados en el amanecer de nuestra historia. Llegó la hora de calzarse los zapatos, llegó la hora de vivir.
                                             
                                                                -∞-

No me regañen que sólo quiero vivir
                 no me dejen partir sin nuestros sueños.
No quiero malgastar estos momentos
               y arrepentirme de no haberme equivocado.
          Déjenme aprender.

Como si la vida acabara hoy
       y volviera a empezar con el alba
préstenme sus sombras y volemos alto
             sin peso ni condiciones.

Terminemos con esta luna suicida
               y vamos a robarle un par de besos.
Que somos demasiado jóvenes para preocuparnos
       y aún podemos cambiar este mundo.