miércoles, 19 de diciembre de 2012

Dame un tiempo

El título de un blog nunca le sentó mejor a mi ánimo.
Estoy intentando levantar vuelo otra vez, porque me quebraron las alas de un manotazo. Cuesta volar pro ahora... duele, no me sale... tal vez no tengo ganas.
Necesito un respiro, un descanso... necesito tomarme un tiempo para rever algunas cosas, para ver qué es lo que pasa si me alejo, qué es lo que sale.
Necesito intentar manejar un poco todo esto que me pasa, necesito un poco de viento en la cara -viento del natural, no de las pestañas de nadie- necesito saber qué es lo que siento, al menos tener un vestigio.
Tal vez sean sólo unos días... tal vez un poquito más... Pero necesito irme un  momento, para poder regresar y vivir el reencuentro.
Hasta pronto a quien lo lea. (Si es que alguien lo lee, y si le interesa. Sino, supongo que no leerás esto :P )

Si me dejo a mi misma respirar un rato
                 hacer un cambio de aire, un cambio de mente
volveré fresca y nueva
                           reverdeceré como un brote tras una buena y merecida lluvia.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Eso es todo.

Tristeza. Me invadió de golpe y sin ninguna razón, sin ningún aviso. Lloré. Lloré de dolor, de furia contenida, de bronca, de aburrimiento, de miedo, lloré de soledad...
El peso de los besos que no voy a dar me rompieron las alas, me hicieron aterrizar salvajemente y a los tumbos, me lastimaron.
Y así, llorando, recordé aquellos tiempos en donde todo era más fácil, más simple, más llano. Recordé esos tiempos y maldije al aire. Grité tu nombre en silencio y seguí llorando.
Odie todo lo que me recordaba tu nombre. Odie haber hecho lo que había hecho. Me sentí usada, mes sentí idiota, todos saben que nadie hará que cambie mi opinión, y los besos sin sentimiento saben cada vez peor.
La imaginé, sin quererlo, tal vez. Y me odié. Me fui con los restos de mi dignidad rodando ruidosamente por el suelo, junto con mis lágrimas... Me fui.
Me retiré para no enfrentarme a la horrible realidad que me rodeaba, me retiré porque es mejor así, prefiero hacer como hago siempre, prefiero no hacerme cargo de mis equivocaciones y seguir siendo una nena confundida.
Prefiero no crecer, hacer de cuenta que era demasiado tarde, que no me dejaste un sabor amargo en los labios al recordarme todo aquello que nunca tendré de su parte, porque la princesa se aleja en su carruaje de tiempo, y ya no puedo seguirla.
Releí mi blog una y otra vez, intentando decidir qué hacer con su nombre dibujado en todas partes, intentando no pensarla con el alma.
Intenté hacerme entender que todo era demasiado pesado, demasiado aburrido, demasiado empalagoso para todos... Y tan sólo salí a caminar por la noche, para despejarme un poco, y la vi.
La vi y quise llorar. La vi y morí en el instante en que me sonrió como siempre, y me arrepentí de haber escrito idioteces, de haber imaginado escribir sin su imagen en mi mente, me arrepentí de buscar en un par de labios malditos mi redención, la cura a esta enfermedad que no existe, salvo en ella misma.
Mis síntomas crecieron, y agradecí al cielo tormentoso haberla encontrarla sola, y sonreí, seguí caminando sin ninguna dirección, y desaparecí en la oscuridad, llorando en silencio, intentando que los pájaros de mi mente no cantaran como si supieran el coro, intentando no amarla, intentando no dañar a nadie, descubriendo que son mis besos los malditos, y no los de aquel joven marinero de barcos de papel que me robó un par de suspiros en las sombras de las noches del último verano.

Intenté escribir sin que apareciera su imagen de perfección corrompida en mi mente, en mi alma... Intenté comprender que está hechizándome en cuerpo y alma, intenté olvidarla y no sonreír al oir su nombre, buscar en otros brazos algo de consuelo. Pero no puedo. No quiero. Y eso es todo.


Intentar olvidar lo que ya está enraizado en mi alma
              no tiene sentido alguno,
                  es intentar en vano.

Querer odiarte, olvidarte, no recordarte al menos
                        es imposible, es inútil.
El aire de diciembre te trae a mí cada vez más seguido.
            Tu perfume me despierta cada noche
                                invade cada sueño.
Me ayuda a despertar.

martes, 4 de diciembre de 2012

Imaginé.

"Al menos así vas a dejar de pensarla tanto" Me dijo una amiga ante mi tristeza. "Es verdad" conteste. Pero sabía que no era así.

Y me encontré tan sólo luego de cuatro días sin verte imaginando cómo te veré en invierno, cuando el frío me haga enamorarme más, como todos los años. Imaginé cómo será el fatídico Abril, intenté convencerme de que no valía la pena llorar, que todo seguiría igual -lo repito, INTENTÉ.
Imaginé cómo podrían tus manos ser más frías, cómo sería tu viento helado, tus pestañas escarchadas por el frío...
Imaginé tus dedos temblando y tu nariz colorada, y yo odiando al invierno nuevamente por hacerte ver tan hermosa, tan real, tan vos.
Imaginé el otoño, pero descubrí que sería mejor no vivirlo el próximo año. Todo caerá, no sólo las hojas... Imaginé tu cabello del mismo color que el follaje triste de los árboles, creí que te perdía entre los colores claros de su mañana. Desperté.
Desperté y maldije a quien te haya puesto en mi camino. A quien no lo importaba en absoluto lo que podía producirme un encuentro con vos, así, como fue, sin querer; un choque, con la danza que le sigue, sin decidirse por qué lado salir de la incómoda situación. Y mi temperatura aumentando, y la primera vez que sentí que el corazón se me salía del pecho de la vergüenza, cuando sentí que no podía ser más torpe, y te reíste. Y el fin del mundo fue real, y ya no pude concebir haber existido, si no te había visto sonreír...
Y se me hizo costumbre tu perfume, tu risa, el color de la miel pura que forma tu mirada; y aquí estoy, tras tan sólo cuatro días sin alimentar mi alma con tu brisa, desfalleciendo, imaginándote todo el tiempo, confundiendo las caras de las personas que se acercan, intentando dejar de temblar cuando te nombran... Estoy justificando tus descuidos ante mí, intentando convencerme de que no tenés idea, de que tan sólo sos inocente en grado sumo, y eso sólo te convierte en más adorable -si es que es eso posible- y hace que presienta que este verano hará catástrofes con mis neuronas  -o lo que quedan de ellas- y la lluvia que nos acecha no me ayudará en absoluto, sólo hará tu recuerdo más eterno, tu mirada más indescifrable, tu perfil más hermoso cada vez.

                                                     -♥-

Y aunque intente no puedo
              sacarte de mi memoria un minuto
             traerte a la realidad
                   y desarmarte la cintura a miradas.

No puedo dejar
                de faltarte el respeto en sueños
       y al verte regalarte una sonrisa
que me cobraré con creces...