martes, 23 de noviembre de 2010

Y un día salté sin previo aviso... o me empujaron sin intimidación de un juez... y frenó la calesita... Mi triste canto se apagó de golpe como un farol que se quema y me sentí triste, con frío y hambre de gritar... ganas de gritar... y te esperé... juro que te esperé... y no llegaste...
Tal vez yo ya sabía que no ibas a venir, pero una vez más elegí creer que te creía y una vez más fue inútil...
Más cada vez que cierro los ojos te siento cerca, como un ángel de la guarda con ojos de mar profundo... que inunda cada rincón de mi alma en sueños hasta que despierto y descubro que no es cierto... que no me rescataste... que aún no logro ponerme en pie para trepar a la calesita... que se nos pasó el tiempo y no nos dimos cuenta... que no fue nuestra culpa... que tal vez tenían razón todos... y sólo..-. éramos demasiado chicos...