miércoles, 27 de abril de 2011

La taza que contenía el té dulce que me cura el alma cada vez que se me estruja terminó de romperse, ya no suenan las tristes canciones de aquella vieja rocola.
El beso de mi ventana acaba de regalarme su última flor y el frío que entra por la ventana me congela la mirada.
Hay algo más, siento su presencia clara, tranquila... ella no me mira, sabe que la veo... sigue gastando la alfombra a miradas... con esos ojos fríos con chispas de luna metálica.
Me prece oir la músiquita muda de su alma, ese 'un dos tres' de ese pianito desafinado que lleva dentro; porque así es ella... tan dramática como quiere... tan inevitablemente ella. Su cabello baila con la brisa de su respiración y yo la dibujo una vez más... mi musa imaginaria a vuelto para contarme cosas al oído, mi princesa del aire se encuentra otra vez rondando mi cabeza y esta historia, SU HISTORIA continúa, no deja de sonar en mi cabeza, en cada momento, en cada lugar; ha vuelto, y esta vez ES PARA QUEDARSE.