viernes, 25 de abril de 2014

Te espero

Le dije que la iba a esperar. Que no me importaba cuánto, siempre se lo dije.
Cuando me dijo que era hasta ahi donde llegaba sin caerse, no hubo más piso, ni hubo techo, ni hubo un cielo. No hubo nada, sólo ella llorando, y yo llorando, y el mundo que se había apagado de golpe.
Después de un rato abrazadas nos sacudimos los escombros y decidimos seguir otra vez, decidimos limpiarnos la sangre de las rodillas y pararnos nuevamente. Juntas. Yo con ella, ella conmigo.
Le dije que la iba a eperar y lo repetí, y lo repito, y lo repetiré. ¿Cómo no hacerlo? Si es ella quien me mostró que yo también podía ser amada, y me enseñó que yo también podía amar.
Si fue ella quien me mostró que podía sentir tanto hasta llevarme al punto de creer que estallaría de tanto amor.
Si es ella la que me sigue dando fuerzas -ahora a la distancia- para salir a pelearla en una ciudad ajena.
Es ella la que me da paz en medio de toda esta turbulencia.
Es por ella que sigo esperándola, es por lo que soy con ella. Es por las dos.
Y como dijimos, preciosa. "Como Julieta y Julieta... pero con final feliz"
Te amo. No importa cuánto pase, no importa a quién le moleste. Es así. Y somos juntas.
Me quedo a tu lado mientras me dejes darte la mano.

miércoles, 16 de abril de 2014

Resumen semanal






















                                                                                ...esto no está nada bien. No está.








lunes, 14 de abril de 2014

Un favor

¿Te puedo pedir un favor? Se que estás leyedo... puede que te cueste pero intentalo al menos... por unos segundos mirate con mis ojos... quiero que te veas asi de gigante como yo sé que sos (porque lo sos pero a veces les crees a los que te dijeron lo contrario) quiero que te veas así de enorme y de hermosa y de perfecta. Quiero que notes por un momento lo enorme de tu alma, esa que se te escapa por los porors y en las sonrisas; esa que de vez en cuando intenta salirse por tus ojos y camina por la cornisa de tus pestañas en un vil intento de morir.
Mirate con mis ojos. ¿Te ves? ¿Te ves así de perfecta como sos? Espero que lo logres, desde lo más profundo de mi ser espero que lo logres, que comprendas que no exagero cuando te digo que sos la que me rescata y la que me empuja a seguir caminando. Sos vos la que se adentra en mis rincones, hacia lugares de mí misma que no conocés, sos vos la que se arriesga a perderse en el enredo que  es mi alma y es a vos a la que no le importa el desorden que encuentra, el destrozo que encuentra ni los restos de las pisadas de otras personas que no supieron caminar por allí sin pisotear y romper, que no supieron hacer como vos y entrar tranquila, despacio.
Quiero que te veas como la caballera que sos, como la que me cuida cuando tengo miedo de salir, como la que se despierta a la madrugada a taparme medio dormida aún sabiendo que en minutos la frazada volverá al suelo.
Quiero que te veas así de luminosa como sos cuando te reís, cuando sonreís y cuando me mirás y me ves, porque vos aprendiste a verme.
Quiero que te veas como yo te veo cuando abrazadas nos ponemos a planificar fines de semanas, y a armar una familia imaginaria y un jardín lleno de flores y un mundo nuestro por fin. Quiero que logres ver como te brillan los ojos cuando hablás de lo que querés, de lo que deseás, como se te escapa la risa entre las palabras casi cantadas cuando me contás algo con lo que soñás y cómo movés los dedos en el aire intentando materializar todo eso que me decís.

¿Te puedo pedir un favor? No le creas. Jamás le creas a nadie que te diga que no podés, que no sos lo suficientemente fuerte, o lo suficientemente "grande". Creele a eso que veas cuando te mires con mis ojos y por fin te veas. Exactamente como me pasó a mi en la madrugada del 14 de febrero del año pasado; hace exactamente un año y dos meses, mientras te acompañaba a tomar un colectivo que iba a separarte de mi indefinidamente, y ahi te vi, y supe por fin que quería tenerte siempre conmigo, y que no quería volver a tener que verte partir sin saber cuándo regresaría a tener tu perfume.

Mirate con mis ojos un momento, por ahí así podés ver tu magia.

Te amo.

domingo, 13 de abril de 2014

Necesito un tiempo. Necesito un tiempo pero en casa, en MI casa, en esta en donde no tengo frío ni dolor. Necesito un abrazo fuerte y sincero, alguien que me diga que me quiere en este momento, alguien que me entibie el alma a esta hora en donde el sol e esconde en los campos y las palomas vuelven y no hay nadie en casa... necesito un golpe en la espalda para meter mi alma en el bolso junto con la ropa y las ganas de despertar mañana.
Necesito un aire, necesito a este pueblo de casas bajas y gente hermosa que me saluda al pasar, que me sonríe, que me conoce, que me critica, que no me quiere. Necesito convivir con ellos también, no me interesa.
Necesito buscar fuerzas de algún lado, hablar tal vez y decir eso que tengo atorado entre las costillas. Tengo que dejar de buscar soluciones en noches sin memoria y crecer de una buena vez.
Tengo que aceptar que las cosas así son y así serán por lo pronto. Aceptar que no puedo cambiar ciertas cosas y tengo que aprender a llevarlas en la espalda y que son como alas, y aunque me pesen en algún momento me van a elevar.
Tengo que animarme. Hay cosas que no puedo seguir callando por mucho tiempo y tengo que encontrar las palabras exactas para no dañarme cuando las diga, para que no me desgarren la garganta tras tanto tiempo atoradas allí, queriendo asomarse cada vez que abro la boca. Tengo que dejar de tragar ideas y dejarlas ser, y plantarlas y mirarlas crecer, y nutrirlas.
Tengo que gritar, necesito gritar. Necesito que alguien esté dispuesto a escuchar lo que quiera decir sin importar cuantos monstruos salgan de mi.
Necesito limpiarme el alma, dejar salir a los fantasmas que me aterrorizan y ser. Ser de una vez. Quiero dejarme ser. Quiero aceptarme siendo y no estar llorando ausencias que no son y armando películas que no existen sino en mi mente y quiero estar feliz y sonreir otra vez y que esta tristeza que tengo atada a las muñecas se vaya de una vez porque no puedo. No me sale seguir asi.

                                 Quiero extirparme del alma
        las palabras que se me atoran en la garganta.
Quiero correr y gritar
          y poder respirar.
Me duele el pecho
         y no sé dónde mirar.
Necesito que me prendan la luz
           tengo que encontrar la salida.

martes, 1 de abril de 2014

Crónicas de fin de semana

Me quedé en silencio abrazada a ella, ¿Qué pensaba decirle? ¿Algo de lo que dijera haría la diferencia? Me quedé con la duda y no dije nada. El pecho me dolía pero no era el momento para volver a ser una nena; la abracé con fuerza.
Quise por un momento hacerme chiquita, diminuta y entrar en su corazón y desatarle ese nudo de miedos que a fuerza de psicopateos se había formado. Quise por un momento hacerme grande de golpe y poder frenar esa avalancha de insultos cotidianos que la atormentan por ser quien es, por ser conmigo. Quise desaparecer o ser diferente, ser lo que merece tal vez, ser eso que esté bien y que no le cause peleas ni le ocasione preocupaciones. Quise ser todo lo que no soy pero debería.
Salió de la comodidad que el hueco de mi cuello le proporcionaba para darme un beso en la mejilla y lo notó; unas lágrimas saladas y silenciosas me delataron en la oscuridad y nada más pude ocultar.
-¿Qué te pasa? Nena... -su voz por primera vez fue lo que no quise escuchar, no quería que fuera ella quien descubriera que me había roto, que no soportaba otra vez, hubiera dado cualquier cosa por haberle evitado el disgusto de verme desmoronada y hecha arapos.
No pude contestarle, simplemente me hice un ovillo y me abracé a su cintura con fuerza, con mi cara en su vientre, casi cubierta por las sábanas. No quería mirarla, no me animaba.
Intenté parar pero ya era tarde, ya el alma intentaba salirse por mis ojos para pintarme otro poco las ojeras, y los espasmos hacían que temblara como un perro con frío.
Lloré como hacía mucho quería llorar, lloré callando gritos en la noche, lloré como una nena chiquita que llora de tristeza, como eso que siempre fui mientras asustada me acariciaba el cabello buscando alguna explicación para semejante dramatismo.
No la había, no la hay... o tal vez si, ¿quién sabe? Yo no.
Simplemente sé que lloré hasta empaparle la remera, mientras escuchaba el ruidito metálico de su corazón agitándose por los nervios al ver que no podía calmarme y el aire casi no entraba en mis pulmones.
Sentí como temblaba su pecho y supuse que lo peor que podía haber hecho estaba sucediendo y esta vez era ella la que lloraba por mi, por no haberme secado a tiempo las lágrimas que no deberían haber estado.
Subi mi cabeza hasta su pecho y hundí mi nariz en su cuello, en su pelo... Respiré su perfume mientras le pedia perdón sin siquiera saber por qué.
Me besó en los labios y sus lágrimas y las mías se mezclaron y lloramos otro rato hasta quedarnos con muchas menos lágrimas que de costumbre atoradas en las pestañas.
Le besé las mejillas, y la nariz, y los ojos y dejé que me secara las lágrimas con la delicadeza de quien sabe cómo duele.
Dejé que me abrazara y en vano intenté explicarle mis lágrimas nocturnas. Le prometí llamarla más seguido cuando esas crisis volvieran a tomar el control de mi cuerpo y me prometió intentar hacerme sonreír mucho más de lo que ya lo hace.

El peso sigue estando y la carga no es más liviana y los obstáculos no son más simples ni el camino menos empinado. Todo duele, TODO; a veces más, a veces menos. Una única esperanza de salir adelante a pesar de todos los puñetazos de aquellos que siguen sin querer entender el amor y la felicidad ajenos. Una sola esperanza colgada del cuello como amuleto o talismán. Una esperanza y una mano que me sostiene la mía. Hay que seguir adelante.

                                                                      -†-

Y la sal en mis heridas
         ya no quema como solía hacer....
No es que no sienta el dolor,
          simplemente no tengo miedo de que me hieran otra vez.

Y la sangre en estas venas
               no está bombeando menos que antes.
    Y esa es la esperanza que tengo
                         lo único que sé
y lo que me mantiene viva.
                             -Last Hope -Paramore