viernes, 29 de agosto de 2014

Vergüenza.

La lastimé. La lastimé mucho. No hay vuelta atrás, en cuanto lo dije -porque ante todo tiene derecho a saber- supe que no podría volver a verla como antes.
Tengo vergüenza, me da vergüenza saber que fui yo, yo que había prometido protegerla, yo que intentaba cuidarla del mundo porque podía ser muy cruel.
Yo rompí una promesa y aunque ella haya dicho que todos tenemos errores y todos podemos intentarlo otra vez no voy a perdonarme. Porque sé que no lo merezco. Porque sé que ante todo tuve opciones, y no pensé en nadie. Y elegí equivocarme.
Elegí equivocarme y elegí aceptar mi culpa con toda la indignidad que me causaba. Con toda la que tengo. Acepté verla llorando por mi culpa y acepté su perdón aún cuando no crea merecerlo.
Acepto mi error y pienso llevar mi carga siempre conmigo, en silencio mientras intentamos rearmar entre las dos lo que terminé de romper yo sola.
Me siento egoísta y mala persona, me siento horrible, me siento pesada, sucia, me doy asco, me doy lástima. No me entiendo.
Necesito abrazarla y cuando la abrazo siento que no tengo derecho de estar así con ella. Que ya no tengo el derecho de hacerla sentir segura. ¿Segura de qué? Si ya rompí la promesa más grande que le hice.
No sé si puedo pedirle que me crea, que confíe de nuevo, no sé cómo hacer para intentar que su confianza hacia mi vuelva a armarse de a poquito.
Me doy vergüenza. Es todo lo que puedo sentir ahora mismo. Es todo lo que sentí. Vergüenza. ¿De qué? De mí.
Ni siquiera sé cómo hablarle, ni siquiera sé cómo mirarla directamente a lo ojos sin pedirle perdón otra vez, sin verla otra vez llorando sentada en mi cama, sin sentir como tiembla cuando llora.
La veo pidiéndome perdón por descuidarme y me siento repugnante. Me siento chiquita y estúpida, me siento terrible y quiero correr y desaparecer de todo esto. quiero dejar de sentir, y a la vez sé que no puedo mantenerme lejos suyo aunque me lo pida.
La veo pidiéndome perdón y la decencia que pensé que podía llegar a quedarme se me cae a pedazos. Y simplemente no sé como seguir de pie frente a ella diciéndole que la amo. Y es mi culpa. Y me da vergüenza.


                                                         
     No lo merezco, nada se arregla,
                                                      aún así
                                                                 PERDÓN.