lunes, 4 de junio de 2012

Nunca había vuelto a verla tan feliz como aquella noche que volvió a despertarme a carcajadas. Su risa sonó clara, sonó a amanecer de fiesta, sonó a campanas y a viento frsco.
Hacía tiempo que no la veía... ya no era la misma joven de pálida tez  y ojos perdidos en la tristeza.
Hoy brillaba con unos ojos de luna metálica, hoy su cabello volaba con la fría brisa de la noche, pero ella irradiaba calor en su sonrisa.
Volví a dibujarla una vez más como tantas veces. Volví a oirla reír y le conté cuentos sin final para que pudiera descansar tranquila.
Sonreí al despedirla. Mi princesa, ni musa estaba feliz.. después de tanto tiempo era feliz, reía, brillaba. Me contaba su vida como propia y no paraba de agitar sus largas pestañas, con sus enormes ojos brillando en lo oscuro de mi habitación, con la música de su alma acelerada, tocando una melodía alegre y vivaz.
Sus labios de fresa no pararon de moverse, de soltar historias fantásticas que ocurrieron o no en ese tiempo en que sus visitas eran sólo recuerdos.
La espedí y volví a dormir,  aunque ya estaba dormida, volví a dormir sin haber despertado, soñando con mi musa que despierta en mi poemas sin comienzo y sin final, soñé con la blonda con caminar de viendo y pestañas que parecen el marco de aquellos ojos de tormenta lunar que se despidieron prometiendo volver a este mundo a contarme historias nuevas, a reir, a escuchar nuevamente mis historias sobre ella misama, esas que tanto la fascinaron desde el comienzo.
Como una niña perdida, como intentando encontrar en mis historias aquello que le falta a su mundo de sueños incumplidos volvió, como vuelve cada vez que se aburre de contar las estrellas de su cielo; volvió para volver a volver. Mi Princesa de Aire, HA vuelto.

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Aquí te dejo la Sortija. Subite y da otra vuelta...