jueves, 18 de diciembre de 2014

Tal para cual

Hoy estuvimos juntas; nos peleamos, nos reímos, dijimos pavadas, incluso miramos mujeres bellas juntas... volvimos a reírnos, bebimos, cantamos y nos hicimos mimos, lloré y me consoló, me hizo mimos, me cuidó de mi, nos besamos, volvimos a reír, nos revolcamos comos dos criaturas por el piso de la sala y bailamos.
Hoy le dije que fue lo primero que me gustó de ella, y no fue nada físico ya que nos conocimos por internet. Lo que más me gustó de ella es que ella era tan Carolina conmigo y yo era tan Sofía con ella, me gustó que se encantara por pavadas, que se riera de mis chistes, me gustó que me dejara malcriarla a mimos, diciéndole que era linda.
De ella me gustó que no se esforzara por caerme bien y mucho menos por gustarme. Me gustó la energía que había entre las dos y cuando la vi terminé de enamorarme y supe que nada en el mundo iba a volver a ser lo mismo cuando la vi por la ventana del colectivo y le saqué la lengua y sonrió.
Cuando la abracé, toda pequeña y chiquita como es me hizo temblar el alma, y supe que jamás iba a sentir un abrazo tan perfecto.
¿Cómo no amarla? si es todo lo bueno que tengo. Si estamos hechas para estar juntas; si mis labios coinciden con cada una de sus costillas y su cabeza con el hueco de mi hombro, donde se refugia tras mis rulos cuando el mundo parece no estar de su lado.
¿Cómo no estar con ella? Así lo prefiero, porque su dedo indice tiene el tamaño del pocito que se me hace en la nariz cuando me río. Así lo prefiero porque mi vientre y su espaldas fueron hechos para dormir juntos. Así lo prefiero porque sabe hacerme dormir con caricias en la frente y mimos en la espalda y sabe despertarme con el desayuno en invierno mientras me abriga la cama y se queja de lo mucho que me muevo al dormir.
Estamos hechas para ser juntas, por eso ella sufre frío al dormir, y yo sufro calor, por eso ella escucha rock internacional y yo amo Pescado Rabioso.
Estamos hechas para ser porque sus manos encajan perfecto en mi cintura, en mi nuca, en mis caderas, en mis mejillas...
Estamos hechas para estar juntas porque sí, porque así lo queremos y nos parece bien, porque nos gusta mostrarnos que podemos, porque nos encanta desafiar al mundo cuando nos dice que no, siempre juntas, siempre sosteniéndonos, sin soltarnos. Como al principio, sin esfuerzos por caernos bien, escogiéndonos otra vez al despertarnos, con idas y vueltas, errores, aciertos, con pasado y futuro, yo con ella, y ella conmigo.




Besarla y contemplar su sombra,
     oirla, sentirla, recorrerla, saborear su presencia,
saberla cerca, extrañarla.
                     Ser con ella
           y que sea conmigo.

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Aquí te dejo la Sortija. Subite y da otra vuelta...