viernes, 24 de diciembre de 2010

Mientras la noche enfriaba mis lágrimas secretas y silenciadas por la vergüenza que sentía al aceptar mis celos y mi incompetencia, mi inútil falta de talento para el arte de decir lo que siento, hizo que sintiera que una vez más era invisible, como siempre, como cada vez que te miro y ncuentro una mirada perdida en los ojos de una persona que nunca soy yo.
No quiero lastimarte, por eso me callé cuando supe lo que sentía por vos, por eso debería decirte que va a lastimarte porque sé como es esto.
Perdones vuelan dejando marcas en el frío cielo de septiembre. Los nueve besos que no me diste me duelen en el alma...
Cuando la borrachera adolescente desaparezca tan sólo quedaremos tú, yo y ese incómodo silencio de quien se amó durante un tiempo determinado y no tuvo los cojones para decirlo...

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Aquí te dejo la Sortija. Subite y da otra vuelta...