Las historias que alguna vez me contaste ya no las recuerdo con exactitud, incluso tengo que esforzarme por recordar tu rostro, que no cambia, porque en tu alma no hay tiempo...
Cada vez me invento un nombre distinto, hasta que decubro que es inútil inventarme otra vida, que al final, terminaré olvidando...
Las memorias de lo que algún día fui se desvanecieron y sólo quedan fotos, manchadas de luces blancas que no dejan ver más allá del gris horizonte...
Mil fotos tuvo ese verano, más de mil estrellas fugaces conté... todo es viejo, todo es un mismo recuerdo arugado, escondido bajo la almohada...
Entonces decido vivir aquí y ahora, pero tu mirada de mar me inunda el alma una vez más y despierto triste, recordando que sólo es un recuerdo...
Dibujo sin para una y otra vez la misma pantera rosa, pero la pinto de otro color, porque o me gusta el rosa...
Me encuentro una vez más escribiendo inconciencias, girando en una calesita de la cual necesito bajarme a descansar...

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Me aburre la monotonía, y esta calesita va siempre para el mismo lado... si no frena en este momento... voy a saltar...