domingo, 9 de febrero de 2014

Comunicado desde el rincón

Llanto. Una almohada demasiado húmeda y la cara en llamas. El alma estrujada en la garganta, y palabras que suben por mi esófago. Tengo que decir algo. Tengo que gritar, que decir que me molesta, tengo que decirlo. me callo. Trago todo otra vez, con esfuerzo.
Suben otra vez haciendo presión, el sabor amargo y putrefacto de todo lo que no digo me raspa la garganta, como una caricia macabra.
Intento otra vez callarme, son las seis de la mañana y aún no dormí. Ojalá me hubiera ido hace cuatro horas. Nuevamente ese bolo de palabras a medio masticar que me toca la boca. No puedo volver a tragarlo, sabe muy feo. Vómito.
Un vómito oscuro que me abraza la garganta, el ruido de mi garganta al romperse se escucha a lo lejos y lloro otra vez.
Y sigo llorando, porque es lo que hago desde que llegué, porque es todo lo que no lloré estando lejos, porque no me entienden y tampoco puedo lograr que lo hagan, porque parece que nada de lo que digo se escucha y simplemente no puedo estar gritando.
No puedo gritar lo que no entiendo y no puedo entender que es lo que tanto me lastima, no puedo entender que es lo que tanto me duele, qué es lo que hace que el alma me tiemble hasta hacerme vomitar toda la tristeza, que sigue adentro mio como si la tuviera en la sangre, enfermándome el cuerpo constantemente.
No quiero volver a aquello que un día fui, no quiero volver a la sombra otra vez. Tengo miedo.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Duele no saber, bello. Duele no poder parar. Y ahi aparecen ustedes y se ríen en voz alta y dejo de escuchar esa vocecita idiota que me dice que llore.Los amo mucho.

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Aquí te dejo la Sortija. Subite y da otra vuelta...